Arco de la Estrella
Ante ti se erige la puerta majestuosa que abre el paso al alma del recinto amurallado. En lo alto, un arco de singular forma, testigo de la historia, permitió el paso de los carruajes de antaño.
Este es el Arco de la Estrella, donde los Reyes Católicos juraron los fueros y los privilegios de la ciudad, sellando su destino con solemne promesa.
En el corazón de sus piedras reposa la Virgen de la Estrella, protectora de los viajeros que, al partir, confiaban en su mirada esperanzada, aguardando su regreso. En sus manos, un farol de singular belleza, que con sus puntas guarda un misterio; cuenta sus vértices, y deja que el número hable en el susurro del tiempo.